En un mundo tan globalizado, cada día es más normal que se desarrolle una adicción a las redes sociales. Puede tratarse de una necesidad que surge por muchas razones y que afecta a todas las edades. Claro que los más chicos también son muy susceptibles, puesto que tienen acceso a la tecnología.
El desarrollo de las redes sociales ha sido impresionante, y además ha venido muy de la mano con el crecimiento del internet. Antes, sólo un grupo selecto de personas podía acceder a la red y ahora prácticamente cualquier dispositivo permite este fin. Desde computadoras hasta tablets, teléfonos y hasta relojes.
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¿Qué es exactamente la adicción a las redes sociales?
La adicción a las redes sociales se puede definir como el uso compulsivo y desmedido de estas plataformas digitales. Una de las pioneras fue MySpace, la cual en 2003 revolucionó el internet increíblemente. Aunque no tanto como cuando Twitter y especialmente Facebook llegaron a nuestras vidas.
Si bien entre los trastornos psicológicos no aparece el término de adicción a las redes sociales, no estamos lejos de ellos. En un primer momento el contacto con dichas plataformas puede deberse a seguir una moda o ser visible en tu entorno social. También puede deberse a motivos relacionados con el trabajo.
Claro que con el paso de los años los usos de las redes sociales fueron evolucionando. Actualmente muchas personas obtienen beneficios económicos a través de la publicidad. Sin mencionar el contacto que se puede tener con los clientes y el incremento en las ventas de productos y servicios.
¿Cómo se genera la adicción a las redes sociales?
Las redes sociales son positivas en muchos aspectos, sin embargo, es muy fácil desarrollar una adicción hacia ellas. De hecho, entre las principales causas de dicho trastorno encontramos:
- Aparece como un síntoma de la soledad. Si bien muchas personas suelen usar dichas plataformas para poder sentirse cerca de sus seres queridos o su entorno, esto termina por ser negativo. El desarrollo de la adicción se da cuando queremos sustituir el cariño real con actividad en las mismas.
- Muchas personas terminan desarrollando vanidad y ego producto de su actividad en las redes sociales. La necesidad de mostrar una vida llena de lujos o el orgullo por la apariencia personal termina desarrollando una adicción a las redes sociales.
- Hay quienes encuentran en las redes sociales un medio para desarrollar una personalidad distinta. Después de todo, resulta más fácil comunicarse con personas a través de un teclado que frente a ellas. Aquellas personas con pocas habilidades sociales desarrollan adicción.
- La incorporación a la rutina es uno de los factores más peligrosos cuando nos referimos a la adicción a las redes sociales. Por ejemplo, aquellos que están acostumbrados a usar alguna plataforma como estas por las noches antes de dormir, o incluso recién despiertan.
- La falta de instrucción para los más jóvenes es el principal problema que termina en la adicción. Los padres deben regular el uso de dichas plataformas en sus hijos mientras aún están en edad de aprendizaje. Ellos deben entender cuándo decir basta al uso de las mismas.
Prevención, atento a las primeras señales
Existen distintos síntomas que pueden marcar el inicio de una adicción a las redes sociales. Sin embargo, es evidente que lo más importante es estar atento a signos como los siguientes:
- Destina mucho tiempo del día a estar acostado con el teléfono o en una computadora.
- Disminuye la atención que dicha persona le brinda a sus responsabilidades académicas, laborales o familiares.
- Distanciamiento de amigos y familiares, así como de eventos sociales en general. Todo por seguir utilizando las redes sociales.
- Condicionamiento del pensamiento ante las ideas que puedan aparecer en las redes sociales.
En pocas palabras nos referimos a una persona que desatiende su vida por atender sus redes sociales. Existe un desequilibrio que termina por causar problemas realmente serios en el afectado. La peor parte es que él mismo niega que tenga algún problema de adicción.
Es evidente que hay razones por las cuales nos volvemos adictos y esto va más allá de lo que podemos observar a simple vista. Se trata de una serie de estímulos producidos por la aprobación y desaprobación a la que estamos sujetos en dichas plataformas.
¿Cuándo considerar una adicción? Síntomas
Más allá de los primeros signos que nos avisan de una posible adicción a las redes sociales está el desarrollo total del trastorno.
La persona afectada se caracteriza por presentar síntomas tales como:
- Procrastinación, evita sus tareas solo para seguir subiendo contenido a las redes sociales.
- Alto índice de publicaciones compartidas con apenas relevancia.
- Prefiere hablar con personas a través de su teléfono o computadora antes de quedar con ellos en algún lugar.
- Trastornos del sueño derivados de la necesidad de revisar constantemente las redes.
Con estos síntomas podemos hablar de un claro problema de uso compulsivo. Es en estos casos en los cuales debemos buscar ayuda para formular un tratamiento para la adicción a las redes sociales que sea efectivo.
¿Por qué nos hacemos adictos?
Hay varias razones por las cuales nos podemos encontrar en una situación de adicción. Después de todo, no nos debe parecer extraño que muchas veces estas plataformas tengan señales de advertencia. Esto debido a que:
- Permiten tener contacto directo con una gran cantidad de personas. Las vivencias en las redes sociales, en muchas ocasiones, han pasado a sustituir las que se pueden tener en persona.
- En las redes sociales solamente muestras aquello que quieres que los demás vean. Muchas personas usan esta facilidad para crear una vida perfecta, o al menos la fachada de ella.
- Muchas veces sustituimos el reconocimiento personal por el reconocimiento virtual. Los títulos y los logros pasan a segundo plano a menos que generes suficientes “likes” o reacciones.
- Se crea la sensación de que el usuario de las redes en realidad está haciendo algo, aunque en realidad ese algo no es productivo. Las redes sociales tienen tantas funciones como para nunca aburrirte y esto ocupa mucho tiempo sin que nos demos cuenta.
¿Cómo funcionan las redes sociales a nivel de estímulos?
En cuanto al objetivo de las redes sociales, mayoritariamente hablamos de publicar contenido. Si no se le da un objetivo profesional, dicho contenido está relacionado con nuestra vida y nuestra imagen. En pocas palabras, publicar fotos propias y conseguir la aprobación del público de seguidores.
Ahora bien, según varios estudios, hay un complejo efecto cerebral cuando se recibe dicha aprobación. Nos referimos al universal símbolo de “Me gusta” que es tan codiciado en el ámbito virtual. Hay hormonas que toman acción cuando recibimos ese “cariño” a través de una red social.
Esto produce efectos tales como:
- Disminución de la materia blanca en el sistema nervioso, haciendo que la toma de decisiones se vea afectada. Esto es un efecto de la adicción a las redes sociales, o a cualquier otra cosa.
- Las notificaciones nos impiden cumplir con nuestros trabajos. Es decir, estamos sujetos a una interrupción constante que termina por hacernos menos productivos.
- Las reacciones y “likes” también actúan como estímulos. Muchas personas pueden verse desanimadas si no cumplen con sus metas en este sentido.
- La imitación se encuentra dentro de los estímulos que reciben principalmente los jóvenes. Lo vemos especialmente con el crecimiento de Tik Tok, donde muchas publicaciones se basan en copiar a creadores de contenido.
El papel de la dopamina
¿Qué es la dopamina? En pocas palabras, es la hormona del placer, y es segregada en múltiples ocasiones. Principalmente, aquellas en las cuales obtenemos una recompensa o hacemos algo que nos gusta. Ese placer que sentimos cuando por ejemplo consumimos nuestra comida favorita.
A través de la adicción a las redes sociales, estudios han demostrado la actividad de esta hormona al recibir un “Like”. Esa sensación que experimentamos al ser aprobados se vuelve realmente adictiva y es por eso que seguimos publicando contenido en las mismas.
FOMO
Uno de los síndromes más importantes dentro de la adicción a las redes sociales es el FOMO. En inglés esta es la abreviación de “fear of missing out” y hace referencia al miedo que podemos sentir por perdernos lo que sucede en dichas plataformas. Si por ejemplo duramos uno o dos días sin usar el teléfono, puede que dejemos de enterarnos de las últimas noticias o sucesos.
En sí es una especie de ansiedad que tenemos por estar constantemente conectados a la red social. Esa misma es la que nos impulsa a usar nuestro teléfono apenas despertamos. Esto ya que incluso llegamos a pensar que hemos perdido tiempo valioso en las redes por dormir.
El FOMO es una clara señal de que tenemos serios problemas de adicción a las redes sociales y debemos buscar ayuda.
A fin de cuentas, es una situación en la cual preferimos ver la última foto que subió nuestro artista favorito que hacer nuestros deberes. Se trata de una enfermedad que termina por hacernos menos productivos.
El objetivo de las redes sociales como empresa
Pensemos un poco en cómo funcionan las redes sociales, ya que al final son una empresa. Así como cuando tú tienes un restaurante y deseas que muchas personas asistan a él y compren un plato. De la misma manera los dueños de grandes plataformas han creado un producto muy atractivo para el público.
La adicción a las redes sociales, más que un objetivo es un efecto colateral, puesto que los objetivos de dichas empresas son otros. Estas ganan dinero principalmente a través de la publicidad y la controversial venta de datos. Pero claro, el desarrollo del FOMO y adicción termina siendo beneficioso para estas.
El objetivo de las redes sociales es el mismo que puede tener cualquier otra empresa. Sin embargo, en este caso estamos hablando de un producto gratuito y de fácil acceso en cualquier momento del día. Esto es especialmente peligroso para personas que no pueden controlar su estancia en dichas plataformas.
Educando a los adolescentes, evitar la adicción
Está claro que cualquier adicción es mala. Algunas personas desarrollan conductas similares por el cigarrillo, por bebidas alcohólicas o por algún alimento. No importa de qué se trata, incluso ser adicto a hacer ejercicio o a leer puede ser perjudicial para tu vida social o familiar. Nos distraemos de lo importante.
Mucho peor cuando hablamos de una actividad que podemos realizar tranquilamente en nuestra cama. Hacer scroll se ha convertido en la única actividad física de muchas personas, especialmente en los jóvenes. Después de todo, es en la juventud donde más se desarrolla esta conducta.
¿Cómo evitar la adicción a las redes sociales en jóvenes? Hay varias opciones, tanto si eres el del problema como si conoces a alguien que lo tiene. El objetivo debe ser que los más jóvenes vayan conociendo los riesgos del uso de estas plataformas. Tanto en la escuela como en el hogar se debe hablar de los siguientes puntos:
- Eliminar aquellas aplicaciones que realmente no usamos con mucha frecuencia. Estas son las mismas que tenemos en nuestros teléfonos únicamente para tener acceso a toda la información.
- Organizar en nuestra agenda un día semanal para alejarnos de las redes. Podemos ocupar dicho día con actividades académicas y laborales intensivas.
- Inhabilitar las notificaciones innecesarias, especialmente aquellas que nos hablan de lo que están haciendo nuestros amigos. Esto sólo hace que tengamos más interés por abrir las redes sociales.
- Alertar sobre los peligros de las redes sociales para los adolescentes. Esto especialmente por la exposición a secuestros, extorsión y acoso por parte de personas que nos podemos encontrar en ellas.
Para evitar la adicción a las redes sociales se deben tener límites
La adicción a las redes sociales es muy peligrosa. Por un lado, los chicos se exponen y pueden desarrollar condiciones como déficit de atención. Sin embargo, los adultos también están expuestos a problemas relacionados con las faltas en el trabajo y en la familia. Por eso es que se debe evitar a toda costa el exceso.
El primer paso del tratamiento para la adicción a las redes sociales es reconocer el problema. Luego debemos poner en una balanza cuáles son nuestras preocupaciones y entender que tenemos deberes que cumplir. En base a esto comenzará un largo proceso para evadir el uso excesivo de las mismas.