Controlar las emociones es una tarea ardua que debemos impulsar desde muy temprana edad. En el pasado, las herramientas educativas eran rígidas e inflexibles. Por lo general, los profesores realizaban largos monólogos que debían ser aprendidos de memoria por sus oyentes, sin réplica.
Hoy en día, las sesiones de trabajo en las aulas abarcan innumerables metodologías, pensadas en el desarrollo personal e intelectual de los alumnos, así como, fomentar el análisis de situaciones para que no actúen como robots, sino que tengan criterios propios de por vida, no hay nada mejor para lograrlo que la educación emocional.
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Las emociones más relevantes
Desde el nacimiento hasta el fin de nuestras vidas experimentamos emociones, las mismas han sido clasificadas de distintas maneras. Es normal que reacciones ante determinadas situaciones con sentimientos intensos.
Entre los favorables encontramos el amor, que envuelve el sentido de compromiso, la manifestación de cariño o el encaprichamiento. También está la alegría y las sensaciones de dicha, orgullo y satisfacción.
En tanto, que las adversas son la ira, que está integrada por los celos, hostilidad, el enfado o desprecio. La tristeza va de la mano con la agonía, los sentimientos de culpa, el intenso dolor o hasta la soledad, y por último, encontramos el miedo y la preocupación que lo rodea.
Estas emociones no florecen solo en los adultos, los niños también pueden sentirlas en cualquier momento. No está mal que nuestros pequeños las sientan, lo que sí es importante es enseñarles a gestionarlas.
La educación emocional como estrategia de aprendizaje
Es importante trabajar las sensaciones que emanan del interior de tus hijos desde la tierna infancia, y en este particular tenemos el placer de comunicarte que no estás solo, ya que en el sistema pedagógico se añadió la educación emocional como estrategia de aprendizaje y ha sido considerada como una espléndida base educativa. Si quieres seguir profundizando sobre la inteligencia emocional y aprender a trabajar las emociones durante la infancia, te recomendamos la web de Rafael Bisquerra.
Esta innovación didáctica, consiste en el proceso continuo de enseñar las principales habilidades para reconocer los sentimientos propios y la gestión adecuada de las emociones. De esta manera, los niños están en capacidad de afrontar los retos diarios desde que son muy pequeños.
Recuerda que en los primeros años de vida, la plasticidad cerebral facilita el aprendizaje. Por otro lado, el trabajo integrado entre maestros y padres ha arrojado resultados satisfactorios en beneficio del desarrollo cognitivo y afectivo. La atención adecuada, está estrechamente vinculada con el equilibrio de la personalidad.
Las competencias emocionales no deben ser responsabilidad de un solo agente educativo, sino que se deben trabajar a lo largo del sistema educativo, así como en el hogar. Si quieres profudizar un poco más en el tema de las responsabilidades emocionales, te animo a que leas este artículo.
La educación emocional en preescolar
La primera vez que los niños entran a una institución educativa se enfrentan a innumerables sensaciones que por sí mismos no son capaces de describir, separarse de los brazos de mamá y papá resulta en un verdadero reto. Los maestros han sido formados para atraer y mantener su atención mientras están con ellos, sin afectar la preciada autoestima.
Aunque cada uno tiene su ritmo, hay que facilitar los espacios de adaptación, y proporcionar herramientas para que ocurra de la forma más natural y agradable posible. La interacción cariñosa y respetuosa juega un papel fundamental. No obstante, la mejor manera de motivar con sencillez a los pequeños es a través del juego.
Actividades bien pensadas
Existen dinámicas divertidas para trabajar las emociones que impactarán a tus niños. La idea es que aprendan a reconocer, nombrar y gestionar lo que sienten. Los maestros fomentan la empatía entre los compañeros y las relaciones positivas, tanto como, el establecimiento de la buena comunicación y la promoción de la escucha activa.
Un juego educativo muy entretenido empleado en preescolar tiene que ver con la construcción de un diccionario de emociones. Permite que el infante asocie ciertas imágenes con cada sensación. Con esta actividad se logra el reconocimiento y aprendizaje del vocabulario emocional, aprenden a diferenciar la tristeza de la alegría o el enfado del miedo.
Otra técnica que ha funcionado bien, es la lectura de los cuentos. Una vez leído el docente ahonda sobre lo que experimenta cada personaje de la historia para captar la atención de los oyentes. Hemos mencionado apenas dos ejemplos, hay infinidad de estrategias diseñadas para tal fin.
La educación emocional en primaria
A medida que los niños crecen, los retos aumentan y por eso los profesores emplean la educación emocional para influenciar positivamente en la conducta. Que estos tengan a su disposición los mecanismos para el crecimiento personal, es la tarea de los facilitadores.
En las escuelas primarias hay diversos programas según el grado que cursan. Incluyen actividades muy atractivas que se señalan en libros de guía editados para cada año académico. En este nivel, los recursos empleados son un poco más avanzados y acordes a las edades.
Ventajas de emplear este fabuloso recurso educativo
Los beneficios principales son:
- Incremento de la autoestima.
- Autoconocimiento y valoración de las cualidades individuales.
- Cambios conductuales favorables importantes.
- Aumento de la motivación hacia el estudio y las mejoras en el rendimiento académico.
- Perfeccionamiento del autocontrol y superación de frustraciones.
- Fomentar la convivencia bajo las premisas de la tolerancia, asertividad y el respeto.
- Adquisición de mayor sentido de responsabilidad.
- Comunicarse con fluidez.
La educación emocional en el hogar
Si eres padre, debes tener en cuenta que los procesos de aprendizaje ocurren las 24 horas del día. No hay un interruptor que apagas cuando los niños salen de la escuela. Ellos son como diminutas esponjas que absorben todo lo que está a su alrededor. La responsabilidad de educar no es solo de los maestros, sino que las familias tambien deben trabajar las emociones y fomentar el desarrollo de la inteligencia emocional de sus hijos e hijas.
En el hogar, también podemos fomentar este tipo de educación de muchas maneras. Algunas estrategias que han dado buenos resultados son:
- Permitir que los niños expresen lo que sienten, piensan y opinan.
- Valorar los comentarios que hagan y escucharlos con atención.
- Convertirse en el ejemplo de tus hijos, si quieres que se disculpen, discúlpate. Si quieres que te traten con respeto y amabilidad, hazlo tú primero. Todas tus acciones impactan la vida de los chicos.
- Delega responsabilidades acorde a su edad.
- No los compares.
En definitiva, sea en la escuela o en casa, lo importante es que los niños aprendan a pensar antes de actuar y controlar de forma asertiva las sensaciones que se producen en cada situación que vivan, esto definirá no solo su presente sino también su futuro.
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