Una de las principales dificultades en el aula se relacionan con la lecto-escritura. Sin embargo, uno de los errores más comunes de la población en general es asumir que dichas dificultades están relacionadas con la inteligencia y el rendimiento de un niño. Al contrario, la dislexia, término con el que se denomina a estos signos, tiene un origen multifactorial y puede verse en niños con un desarrollo aparentemente normal.
De esta manera, a continuación, veremos lo que se debe tomar en cuenta con respecto a la dislexia y su detección en el aula. Sin olvidar algunos aspectos sobre el tratamiento que los docentes y padres deben seguir para combatir estas dificultades.
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¿Qué es la dislexia?
La dislexia es un trastorno del aprendizaje relacionado con la lecto-escritura que se presenta en niños que no presentan ningún tipo de alteración física, psíquica o sociocultural aparente. En otras palabras, este término no es aplicable para aquellos niños que tengan algún tipo de retraso intelectual, discapacidad física o psicológica, ni en niños que no han tenido la oportunidad de estar en la escuela o estén en una situación ambiental no favorecedora.
De esta manera, esta alteración se manifiesta comúnmente como problemas para leer con fluidez y presentar errores durante dicha lectura. Por consecuencia, esto afecta la comprensión lectora, aunque no afecte el entender un texto cuando otra persona lo lee. Igualmente, puede comprometer otras habilidades como la ortografía, escritura y las matemáticas.
¿Qué causa la dislexia?
Usualmente se relaciona la dislexia como un resultado de una alteración del neurodesarrollo, no es una enfermedad. Muchos expertos afirman que se trata de una condición con la que se nace, y que también tiene cierto factor hereditario. Puesto que cuando un miembro de la familia tiene esta condición, es muy probable que haya otros miembros con la misma.
Igualmente, se estima que casi la mitad de los padres de niños con dislexia presentan en su infancia este mismo tipo de dificultades. Por otro lado, también se ve comprometida la anatomía cerebral, puesto que parecen haber diferencias muy importantes en las zonas cerebrales asociadas con la lectura en personas que presentan dificultades con la misma. Esta condición también puede deberse a algún tipo de lesión cerebral, siendo muchos casos de dislexia en adultos originados por este tipo de situación.
¿Cómo detectar la dislexia en el aula?
Como trastorno clínico, la dislexia puede reconocerse por la presencia de problemas para recitar el alfabeto, realizar rimas, clasificar sonidos y fonemas, e identificar letras. También, durante la lectura pueden observarse la omisión, distorsión, inversión y adición de palabras y letras, contando la lentitud para leer y la decodificación de las palabras.
Pero todo lo anterior resulta muy general, puesto que suele ser diferente el identificar esta alteración en los primeros años de vida escolar que, en adolescentes, incluso en adultos. Ya que en cada etapa del desarrollo pueden manifestarse signos diferentes. A continuación, detallaremos algunos de estos signos entre las dos etapas más importantes de la escolarización.
En primaria
Durante los primeros años escolares, es decir, desde los 6 a los 12 años, los signos serán mucho más evidentes. Puesto que se está introduciendo al niño al aprendizaje de la lecto-escritura, y se resaltan mucho más las dificultades cuando se compara con otros compañeros. De esta forma, estos son los signos más frecuentes:
- Problemas para vocalizar palabras nuevas, específicamente a la hora de conectar las letras y sonidos para descifrar la pronunciación de una palabra.
- El niño parece no estar seguro sobre el sonido de las letras.
- Muestra confusión o aburrimiento con los libros que no tienen abundantes ilustraciones.
- No recuerda los detalles de su propia lectura, pero si cuando otra persona le ha leído.
- Invierte números, palabras, sílabas y letras a la hora de leer o de escribir.
- Problemas gramaticales y ortográficos graves, incluso para un niño pequeño. En este articulo te enseñamos a corregir las dificultades en la escritura.
- Se le dificulta cumplir instrucciones escritas.
- Presenta problemas para concentrarse y organizarse.
- Dificultades para sostener el lápiz y presencia de otros compromisos motrices.
- No hay evidencia de alguna alteración física o retraso en la inteligencia.
En la escuela secundaria
Si no se ha diagnosticado y tratado esta condición durante la escuela primaria, estos signos podrían perdurar y ser mucho más evidentes debido a que la demanda académica es mucho más exigente. El adolescente tal vez haya sido capaz de ocultar sus signos durante su niñez, pero en esta nueva etapa se traducen en señales mucho más graves:
- Lectura muy lenta.
- Uso de muletillas a la hora de expresarse verbalmente, balbucea si no encuentra la palabra correcta para expresarse.
- Dificultades para expresar sus ideas de manera organizada.
- Errores gramaticales y ortográficos graves.
- Evita la realización de proyectos y trabajos escritos.
- Problemas para concentrarse a la hora de leer y escribir.
- Podría tener problemas de conductas relacionados a su autoestima y capacidad de relacionarse con sus compañeros.
- Dificultades para leer problemas matemáticos, mapas, gráficos y esquemas.
- Problemas al aprender nuevos idiomas.
La importancia de diagnosticar y tratar la dislexia
La dislexia es una condición bastante común, se estima que entre un 5% a 10% de la población presenta estos síntomas característicos. Por lo tanto, es importante el diagnóstico temprano de estas dificultades para que puedan ser abordadas a tiempo. Hay que destacar que la dislexia no tiene propiamente una cura, pero sí abundan estrategias conductuales y de enseñanza que pueden mejorar el aprendizaje de la lecto-escritura.
Se estima que un 40% del fracaso escolar es causado por algunos de los efectos de esta alteración. Y esto explica por sí solo la necesidad de diagnosticar los signos de esta condición, para llevar a cabo herramientas y ejercicios para contrarrestar la dificultad. De esta manera, la intervención de un equipo multidisciplinario compuesto por un psicólogo, psicopedagogo y los profesores es fundamental.
Usualmente esta condición representa una barrera que hace que el niño tenga una mala relación con el proceso del aprendizaje cuando, al contrario, podría ser un estudiante muy hábil si sigue las estrategias adecuadas para él. También representa una dificultad a nivel social, que podría afectar a largo plazo su autoestima. Siendo todo esto lo que hace importante el saber cómo abordar este tipo de problemas en el aula.